El alcalde califica de “declaración de guerra” a la ciudad a decisión de la Xunta de apostar por A Coruña, en lugar de Ourense, como sed de la AESIA

El alcalde denuncia la “discriminación absoluta” a la ciudad de Ourense y recuerda que la filosofía de la convocatoria se orientaba hacia ciudades “deprimidas económicamente y con despoblación”, como Ourense

El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, calificó este mediodía de “declaración de guerra” la decisión de la Xunta de Galicia de apoyar la candidatura de A Coruña, en detrimento de Ourense, como sede de la futura Agencia Estatal de Supervisión de Inteligencia Artificial. “La Xunta de Galicia rompió las hostilidades con la ciudad de Ourense. Es realmente una declaración de guerra administrativa con toda su fuerza entre la ciudad de Ourense y la Xunta”, manifestó Pérez Jácome, quien subrayó que “lo que nos hicieron hoy, discriminando a Ourense con la futura sede de la Agencia Estatal de Supervisión de Inteligencia Artificial es uno de los actos más icónicos y con más significado que demuestran que Ourense es la Cenicienta de Galicia y la Xunta está dispuesta la que lo siga siendo”.

Advierte Pérez Jácome que “la Xunta hizo como Poncio Pilatos”, ya que “se lavó las manos y no tuvo el valor de decir que fue una decisión política y lo enmascaró cómo se fuera una decisión técnica del Nodo de Inteligencia Artificial”.

El alcalde aprecia una “discriminación absoluta” a la ciudad de Ourense y recuerda que la filosofía de la convocatoria se orientaba hacia ciudades “deprimidas económicamente y con despoblación”, como es el caso de Ourense que, explica, “por desgracia tiene todos los puntos” que se demandaban. Sin embargo, la Xunta “decide que debe competir una de las ciudades más beneficiadas de la comunidad autónoma, A Coruña, que ya es muy fuerte en inversiones de la Xunta y estatales. Le van a dar más y le van a quitar a Ourense”, concluye Jácome: “nos condenan”

El alcalde recuerda que cuándo inició su actividad política en 2001 “fue por la discriminación de Ourense, y ahora estamos en 2022 y cobra más fuerza que nunca: o luchamos, o como pueblo estamos condenados a morir».